
A la opinión pública
Los firmantes de la presente deseamos expresar nuestra alarma y preocupación ante el anuncio de que la señora Ministra de Sanidad y Consumo, Doña Elena Salgado, ha aceptado formar parte del "Comité de Honor" del II Congreso Nacional de Homeopatía.

Es más, recientemente, en agosto de 2005, la revista médica The Lancet publicó un profundo metaestudio de numerosas pruebas clínicas a las que se han sometido las terapias homeopáticas, determinando de manera clara que la homeopatía no tiene una eficacia superior a la de cualquier placebo.
Por otra parte, la doctrina de la homeopatía (que no ha avanzado desde que la propuso Samuel Hahnemann, ni ha aportado investigaciones, hallazgos, descubrimientos ni terapias originales) niega de forma dogmática la existencia de organismos patógenos microscópicos, como serían las bacterias y virus, además de realizar afirmaciones sobre el "espíritu curativo" de ciertas sustancias que no ha conseguido probar. Igualmente, niega los conocimientos que tenemos sobre la química al enseñar que los efectos de una sustancia son mayores cuanto menor sea su cantidad, cuando es fácilmente demostrable que en el mundo real los efectos son mayores a mayor cantidad. La doctrina homeopática contradice buena parte de los conocimientos que nos han aportado disciplinas como la física, la química, la biología o la medicina (la medicina real), conocimientos que han supuesto una gran mejora de la salud y el bienestar de los ciudadanos.
Todo ello, sin embargo, es negado de continuo por los intereses económicos de la homeopatía, que busca, principalmente en Europa, un reconocimiento oficial que le permita acceder a los fondos de sanidad públicos y a los fondos de los seguros privados de salud, con el impulso de laboratorios de gran poder económico y a los que, de nuevo, no se les exige la misma calidad y demostración de la efectividad de sus productos que sí se le exigen, razonablemente, a los productores de otro tipo de sustancias curativas o terapéuticas. Basta comprobar que la legislación española, tanto la actual como la que se encuentra actualmente en proyecto, exige que todos los medicamentos demuestren científicamente su eficacia, pero exime de esta obligación a los preparados homeopáticos.
La presencia de la Ministra Salgado en el "Comité de Honor" de un congreso de esta disciplina no científica (y con frecuencia anticientífica) da un tinte de respetabilidad y seriedad a la homeopatía que no debería ganarse en el terreno de la política y de las relaciones públicas, sino en los laboratorios y en las pruebas clínicas debidamente controladas y supervisadas para determinar su eficacia terapéutica.


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